martes, 31 de mayo de 2011

La Comunión.

Érase una vez una niña que se llamaba Marina. Marina iba a hacer la comunión. Estaba muy emocionada porque había sido elegido para leer en Misa y toda su familia iba a estar allí, ¡hasta sus tíos y abuelos vendrían de Italia! Un día antes de la comunión, Marina se probó el vestido. Cuando empezó a andar, estaba un poco nerviosa porque tenía miedo de pisarse el vestido. Pero se sentía segura y se confió, así que se pisó el vestido y se le rompió. Su madre, desesperada, corrió hacía la tienda con el vestido, pero tardarían cuarenta días en arreglárselo, y la comunión ¡era mañana! Entonces, su madre, sin pensárselo, se lo llevó de nuevo a casa y lo cosió ella misma. Lo terminó a tiempo y Marina pudo celebrar su comunión. ¡Ah! y leyó perfectamente.

Marina Bortolini 4ºB

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