El Presidente se enfadó y mandó a uno de sus guardias para ver a dónde se iban los habitantes del país diminuto y así poder destruir el nuevo país.
Después de varios meses, los habitantes consiguieron construir un país precioso, pero un día el ejército del Presidente del país diminuto descubrieron este nuevo país y les dijeron a los habitantes que tenían que regresar a su antiguo país. Los habitantes se negaron e invitaron al ejercito a visitar el nuevo país ver lo bien que funcionaba todo sin una persona mentirosa y mandona como el Presidente del país diminuto. El ejército quedó encantado y decidieron quedarse a vivir en aquel nuevo país. El Presidente se quedó sólo y amargado y los demás habitantes fueron felices para siempre.
Ana Moya Guirao 4ºB
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